Inspirada en el arte y la escultura, esta villa se define por la simplicidad de sus gestos y formas geométricas puras. La curva se convierte en el hilo conductor, generando espacios sinuosos que disuelven límites entre interior y exterior, creando un hogar único y sostenible.

La vivienda se abre al entorno, enmarcando las vistas y dialogando con la naturaleza, mientras que hacia el interior conecta visualmente todas las estancias mediante patios y reflejos. Con voladizos, terrazas y una piscina en cascada, el diseño busca controlar la luz y potenciar la sensación de amplitud. Una arquitectura contemporánea que combina emoción, elegancia y funcionalidad.