La villa ha sido concebida como un refugio familiar en sintonía con la naturaleza. El diseño se abre 360º al paisaje, conectando cada estancia con la luz, la vegetación y el aire mediterráneo. La paleta cromática recoge tonos crudos, verdes y terrosos, mostrando piedra y madera en su estado natural, en contraste con hormigón visto que aporta carácter contemporáneo. El agua es protagonista, envolviendo interiores y exteriores como elemento purificador y vital, creando un vínculo sensorial con el entorno.

Espacios fluidos, terrazas extendidas y pérgolas estratégicas generan áreas de vida al aire libre que potencian confort, eficiencia energética y conexión con el jardín. La casa combina sofisticación y sencillez, ofreciendo un estilo de vida exclusivo donde arquitectura, paisaje y bienestar se funden en un mismo hogar.